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4 terrazas para ver el desfile de Día de Muertos en CDMX

El Desfile de Día de Muertos en CDMX se ha convertido en uno de los eventos más esperados del año, un espectáculo lleno de color, tradición y creatividad que atrae tanto a locales como a visitantes de todo el mundo. La ciudad se transforma en un lienzo vivo donde las catrinas, los alebrijes y los carros alegóricos toman las calles principales para rendir homenaje a una de las tradiciones más emblemáticas de México. Verlo desde la banqueta tiene su encanto, pero hacerlo desde una terraza con vista privilegiada lo convierte en una experiencia única: comodidad, buena comida, cocteles y una perspectiva perfecta para disfrutar del desfile sin empujones ni prisas. Imagina estar al nivel de los balcones, con la brisa suave, la música de fondo y un escenario inigualable frente a ti.

Terrazas para ver desfile de Día de Muertos CDMX

En este artículo reunimos 4 terrazas imperdibles en CDMX desde donde podrás vivir el desfile con estilo. Cada una de ellas combina gastronomía, ambiente y ubicación estratégica para que disfrutes el recorrido de principio a fin. No importa si lo tuyo es una comida relajada con amigos, una cita especial o simplemente regalarte un plan diferente, estas terrazas te ofrecen la mezcla perfecta entre tradición y modernidad. Prepárate para descubrir cuáles son y empezar a planear tu experiencia del Día de Muertos desde lo más alto.

1. Prime Steak Club Reforma

5/5

Imagina una terraza elevada en pleno corazón de la CDMX, donde el viento de noviembre acaricia tu mejilla mientras contemplas cómo las carrozas adornadas con flores de cempasúchil y calaveras danzan por Reforma. Desde Prime Steak Club Reforma, la vista se convierte en poesía visual: el desfile fluye ante tus ojos, enmarcado por la arquitectura urbana y la solemnidad festiva. En este refugio urbano, cada corte se acompaña de la elegancia del entorno y el murmullo del desfile, mezclados como ingredientes de una receta emocionante. El ambiente, algo entre sofisticado y vibrante, te hace sentir parte de la tradición sin renunciar al confort contemporáneo.

Este rincón culinario está pensado para quienes valoran la buena mesa y el hechizo colectivo del desfile. Es ideal para una cena en pareja, donde los rostros se iluminan tanto por las luces del desfile como por las velas sobre la mesa. También funciona para reunir a amigos, que entre risas y brindis pueden presenciar el paso de catrinas y alebrijes sin perder detalle. Incluso puede ser una salida para familias, si los niños ya manejan bien la etiqueta de “no aventarse a la baranda”—y si se busca una experiencia que combine narrativa visual y gastronomía. Aquellos que cenan con el alma puesta en la celebración encontrarán aquí el epicentro de tradición y modernidad.

El precio lo dice con claridad: estamos hablando de una experiencia de alto nivel. El rango de precio es de aproximadamente $1,200 pesos mexicanos por persona, un cifra que cubre cortes de carne de primera línea —pongamos que Wagyu japonés, Black Angus o similares— sin escatimar en la presentación ni en la compañía de coctelería refinada. Es un lugar donde cada bocado parece coreografiado con el desfile: equilibra lo sustancial y lo estético, lo tradicional y lo actual, lo cálido y lo exclusivo. El costo se siente justificado cuando mueves la mirada entre el plato y las carrozas, sabiendo que ambas satisfacen sentidos distintos.

Curiosamente, este espacio también deja lugar para quienes no encajan en moldes estrictos de etiqueta: admite mascotas, o al menos ofrece una atmósfera tan relajada que parece invitar a tu lomito a acompañarte. Puede que no haya menú canino ni almohadillas especiales, pero la vibración del lugar es lo suficientemente acogedora como para compartir el canto de las flautas y el crujir de los huesos pintados en el desfile. La libertad festiva se cuela en cada rincón de la terraza, y si tu peludo se emociona con los sonidos y luces, será parte de un recuerdo inolvidable.

2. La Mansión Reforma

5/5

Desde la terraza de La Mansión Reforma, el Paseo de la Reforma se despliega ante tus ojos como un lienzo en movimiento, donde el desfile de Día de Muertos avanza con gracia y despliegue. Las carrozas, cargadas de color y simbolismo, parecen florecer justo frente a la mesa. El entorno, envuelto en elegancia casual, combina la solemnidad de la tradición con un toque contemporáneo: la brisa abierta, la ciudad iluminada y el desfile componiendo su propia banda sonora. En este escenario, cada platillo se convierte en un observatorio culinario, una ventana al festín visual que transcurre abajo.

Ideal para una cena con familia, amigos o pareja, esta terraza logra ser versátil sin perder su carácter. Si vas con tus seres queridos, encontrarán espacio y comodidad en un ambiente que parece diseñado para conversar mientras el desfile transita. En pareja, se vuelve romántica sin clichés: la luz tenue, el murmullo desempeñándose como banda sonora y un paisaje vivo al fondo. Incluso puede funcionar para una salida de negocios con un toque festivo, donde el desfile otorga un fondo inesperadamente cultural y conmovedor. La atmósfera invita a detener el aliento mientras una catrina pasa iluminada por detrás de una rama de cempasúchil.

El rango de precio oscila entre los $400 y $1,200 pesos mexicanos por persona, lo que habla de cortes selectos y maridajes bien pensados. El menú se siente como un diálogo entre platazos sustanciosos —rib‑eye, cortes nacionales e importados— y opciones refinadas como salmón noruego o pulpo al carbón. Mientras el desfile se mueve abajo, tu plato sostiene la vista y la promesa de sabor profundo. Este rango también revela que no es una opción casual cualquiera, pero tampoco excesivamente elitista: es un desacato elegante a lo ordinario, en el clásico marco de una marca con historia.

No admite mascotas, y sin embargo el lugar no se siente rígido: hay calidez, pero con distinción. El ambiente se mantiene nítido y enfocado, respetando el desfile sin distracciones ajenas. Si buscas compartir una experiencia que combine vista, gastronomía y tradición sin olvidarte del estilo —y sin las patitas enredándose entre las sillas—, esta terraza es un escenario que honra a la fiesta sin sobrecargarla.

3. Faunna Rooftop Reforma

5/5

El espectáculo comienza en el momento en que subes las escaleras (o el elevador) y te adentras en un espacio que parece bosque suspendido en piedra. Faunna Rooftop Reforma es ese oasis urbano donde la naturaleza y la ciudad se dan la mano en una coreografía visual perfecta. Árboles, enredaderas y texturas verdes se abrazan al concreto citadino mientras el desfile de Día de Muertos transforma el Paseo de la Reforma en una película viva, y tú la ves desde tu butaca, tan cerca que casi sientes el aliento de las catrinas.

Este rincón es ideal para una cena entre amigos, una velada romántica o incluso una salida con familia si lo tuyo es compartir asombros y bocados. Imagina risas que compiten con el paso de las carrozas, miradas que se elevan un momento para luego volver a las copas. La atmósfera es casual‐elegante: suficiente para sentirte especial, sin toliko protocolo. La música, que a ratos “suena” y otras veces es casi un susurro, acompaña la vista con precisión femenina.

El rango de precio va de $350 a $800 pesos mexicanos por persona, ideal para quienes buscan equilibrio entre sabor, ambiente y vista. Eso abarca desde platillos internacionales con toque contemporáneo hasta coctelería diseñada para embellecer el momento. Cada bocado se siente pensado no solo para el paladar, sino como parte de la sinfonía visual que tienes enfrente—un valor sensorial que va más allá del talón ni de la cuenta.

Faunna no admite mascotas, y sin embargo la vegetación que lo envuelve hace que la experiencia se sienta acogedora y libre de rigidez. Si traes a tu lomito —aunque no lo pongas en el menú— lo sentirás parte del entorno, como un guardián silente de la mirada que se pierde en el desfile. La terraza invita a respirar, soltar y deleitarse en la quietud vibrante del evento más icónico de la ciudad.

4. Sonora Grill Reforma

5/5

Al pisar la terraza de Sonora Grill Reforma, sientes que mereces un aplauso solo por haber elegido tan buen sitio. Desde ahí, el Paseo de la Reforma parece un escenario coreografiado, con carrozas y catrinas desfilando en perfecta sincronía visual a tus pies. La terraza, con aires minimalistas y una elegancia casual, te permite admirar el espectáculo sin distracciones: el desfile se convierte en la película principal y tú tienes el asiento VIP. Luces, movimiento ancestral y una atmósfera que acaricia tus sentidos en cada mirada.

Este espacio es perfecto para una cena con amigos, para armar una reunión que mezcle el despliegue visual con risas y brindis; para una cita romántica, donde el desfile aporta una narrativa visual y el entorno, discreto y sofisticado, mantiene el tono íntimo; y también funciona para una salida familiar, si los niños ya van repartiendo sonrisas en lugar de correr de un lado a otro—la terraza tiene buena visibilidad, ambiente cuidado y suficiente espacio para que todos coexistan sin ruido monstruoso.

El rango de precio está entre $900 y $1,100 pesos mexicanos por persona, lo cual refleja el nivel premium de la experiencia. Hablamos de cortes selectos—New York, Rib Eye, Wagyu o brisket—acompañados de mixología de autor y promociones atractivas en vino y cerveza. Ese precio se siente justificado cuando el plato se acompaña del desfile y el entorno cobra vida a tu alrededor: es una experiencia completa que nutre los sentidos, no solo el apetito ni la vista.

No admite mascotas, pero la atmósfera tiene esa calidez que parece compensar la ausencia de patitas curiosas entre las mesas. El entorno mantiene su pulcritud, sin ruidos extemporáneos, y el desfile canta por sí solo. La terraza es como un vestido de gala sobrio: elegante, sin ostentación, dejando que quien brilla sea el desfile y la conversación que lo acompaña.

Desde las alturas, el desfile se vive distinto

El Día de Muertos es una fiesta que se vive con todos los sentidos, y verla desde una terraza en Reforma transforma lo que ya es mágico en algo inolvidable. No se trata solo de tener una buena vista; se trata de regalarte una experiencia que combina lo mejor de nuestra tradición con lo mejor de la CDMX: buena comida, cocteles, música, amigos, familia y, claro, ese desfile que es puro corazón mexicano. Estar por encima del tumulto, con el aire fresco en la cara y un platillo espectacular en la mesa, le da un nuevo nivel a esta celebración. Porque a veces, subir unos cuantos pisos cambia por completo la forma en la que ves la vida… o la muerte.

Y si después de vivir el desfile así, con altura y estilo, te quedas con ganas de más planes únicos, este blog está repleto de ideas. Desde las mejores terrazas para cada temporada hasta joyas escondidas en colonias que pensabas que ya conocías, aquí te llevamos de la mano por todo lo que vale la pena comer, ver y disfrutar en la ciudad. La CDMX nunca deja de sorprender, y tú tampoco deberías dejar de explorarla.

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