Los 4 mejores restaurantes mexicanos en la colonia San Ángel
San Ángel es uno de esos rincones mágicos de la CDMX donde el tiempo parece detenerse. Sus calles empedradas, casas coloniales y ambiente bohemio crean el escenario perfecto para pasear sin prisa… y para comer delicioso. Esta colonia, ubicada al sur de la ciudad, tiene una oferta gastronómica que no le pide nada a las zonas más trendy. Aquí conviven restaurantes con historia, propuestas contemporáneas y espacios que respetan la esencia del barrio mientras sorprenden al paladar. Es una zona donde cada esquina guarda una historia, y cada mesa bien puesta puede convertirse en tu nuevo rincón favorito.

Además, San Ángel tiene ese encanto que te hace sentir como turista en tu propia ciudad. Puedes empezar el día con un café en una terraza escondida, seguir con una comida tradicional mexicana en una casona antigua, y cerrar la noche con cocteles en un sitio íntimo con luces bajas y música suave. Lo mejor es que, a pesar de su vibra tranquila, la zona está llena de vida: hay galerías, parques, tianguis de arte y cultura a cada paso. Todo esto hace que salir a comer aquí no sea solo una cuestión de hambre, sino de vivir una experiencia completa, única y muy chilanga.
1. OXA Cocina Única San Ángel
OXA Cocina Única es un restaurante que celebra lo mejor de la gastronomía mexicana desde una perspectiva creativa y profundamente respetuosa con sus raíces. Ubicado en la colonia San Ángel, este espacio no solo enamora por su propuesta culinaria, sino también por su estética: detalles en barro, mimbre, talavera y madera crean un ambiente cálido y elegante que se siente como un homenaje a lo auténticamente mexicano. Cada rincón del restaurante está diseñado para conectar con los sentidos, desde la decoración hasta la música suave que acompaña cada comida.
Este restaurante es ideal para una cena especial, sobre todo si quieres sorprender con algo distinto. Su menú, curado por la chef Ana Martorell, se inspira en recetas tradicionales con un giro contemporáneo que respeta y eleva los sabores del país. Hay platillos que evocan la cocina de nuestras abuelas, pero reinterpretados con técnicas modernas y presentaciones que parecen salidas de una galería de arte. Aquí no solo se come: se descubre, se recuerda y se celebra lo que significa cocinar en México.
OXA es perfecto para salir en plan pareja, ya que su ambiente íntimo, elegante y lleno de detalles lo hace ideal para citas, aniversarios o simplemente para disfrutar una noche tranquila y bien servida. También es una excelente opción para pequeñas reuniones familiares o celebraciones que merecen algo más especial. Su terraza con luz cálida, rodeada de plantas, se vuelve el escenario perfecto para desconectarte del ruido de la ciudad y conectar con el momento.
El rango de precio por persona va de los $500 a $1000 pesos mexicanos, una inversión que se justifica completamente por la calidad de los ingredientes, el servicio impecable y la experiencia completa. El restaurante no admite mascotas, así que si eres de los que nunca sale sin su perrito, aquí te tocará hacer una excepción. OXA no solo alimenta el estómago, también nutre el alma con cada platillo.







2. La Jacinta San Ángel
La Jacinta San Ángel es un restaurante que combina un ambiente relajado con una propuesta gastronómica moderna y bien cuidada. Ubicado en el corazón de la colonia San Ángel, este spot se ha ganado un lugar entre los favoritos del sur de la ciudad, no solo por su cocina, sino por su preciosa terraza que invita a quedarse por horas. Es de esos lugares que encantan desde el primer vistazo: vegetación, luz natural, buena música y cocteles que sorprenden. Tiene el balance ideal entre lo casual y lo chic, perfecto para cualquier ocasión.
Ideal para una comida, especialmente de fin de semana, La Jacinta ofrece una carta con platillos que combinan sabores mexicanos e internacionales, pensados para compartir y disfrutar sin prisas. Desde tostadas de atún hasta pastas, tacos gourmet y cortes de carne, todo está preparado con atención al detalle. Pero si hay algo que de verdad roba cámara, es su coctelería: creativa, equilibrada y hecha por bartenders que saben exactamente cómo transformar un trago en una experiencia. No es raro que termines quedándote un par de rondas más de lo planeado.
Este lugar es perfecto para salir en plan de amigos, aunque también es ideal para ir en familia. De hecho, uno de sus grandes aciertos es contar con amenidades para niños, como un área de juegos y niñeras que cuidan mientras tú disfrutas tranquilo. El servicio es rápido, amable y muy atento, lo cual se agradece cuando el lugar se llena (porque sí, suele llenarse). Si vas en fin de semana, reservar es casi obligatorio.
El rango de precio por persona va de los $500 a $800 pesos mexicanos, accesible para lo que ofrece: buena comida, excelente ambiente y un espacio que invita a quedarse. Y para quienes no salen sin su lomito, hay buenas noticias: el restaurante admite mascotas, así que tu compañero peludo será bienvenido. La Jacinta es ese tipo de lugar donde todo fluye: la charla, los sabores y las ganas de volver.







3. Santana Escenaria
Santana Escenaria es un restaurante que transforma cualquier visita en una experiencia vibrante y fuera de lo común. Ubicado en la colonia Tizapán San Ángel, dentro de Plaza Escenaria, este lugar se ha ganado el corazón de quienes buscan una mezcla entre buena comida, cocteles bien servidos y un ambiente que siempre está en modo celebración. Con una propuesta de cocina mexicana moderna y una estética visual muy cuidada, Santana es el spot perfecto para quienes quieren comer rico y al mismo tiempo vivir una experiencia animada.
Es ideal para una comida, sobre todo si quieres algo que se sienta como un “planazo”. Su carta está llena de antojos mexicanos reinventados: torres de mariscos, aguachile de arrachera, tacos con mucho estilo, salsas caseras y entradas para compartir con toda la mesa. A esto súmale una barra de coctelería con mezclas creativas, cervezas frías y carajillos preparados al momento. Los fines de semana, la experiencia sube de nivel con DJ en vivo o música para ambientar como se debe.
Santana brilla en planes con amigos o para comidas largas en familia, esas donde el plan se extiende hasta la sobremesa con más drinks. Es un lugar relajado, pero con estilo, donde puedes festejar un cumpleaños, reunirte con tus compas o simplemente escaparte del estrés con buena comida y mejor ambiente. También tienen espacios amplios, ideales para grupos grandes, lo que lo convierte en una excelente opción para celebraciones informales.
El rango de precio por persona va de los $200 a $500 pesos mexicanos, bastante justo considerando que aquí la experiencia va mucho más allá de la comida. El restaurante no admite mascotas, así que si pensabas llegar con tu lomito, esta vez tocará dejarlo en casa. Santana Escenaria es de esos lugares donde se come bien, se bebe mejor y la pasas increíble sin tener que cruzar media ciudad.







4. Na Tlali
Na Tlali es un restaurante que va más allá de lo gastronómico: es una experiencia consciente, conectada con la tierra, los ingredientes y el bienestar. Ubicado en la colonia San Ángel, sobre Avenida de la Paz, este espacio ofrece una propuesta basada en la cocina oaxaqueña y veracruzana, pero desde una perspectiva 100% vegetal y sustentable. Es un lugar que combina sabor, conciencia ambiental y tradición mexicana en cada detalle. Desde el primer momento, se siente la intención detrás de cada elemento: la decoración natural, la calidez del servicio y el respeto por los ingredientes.
Ideal para desayuno, comida o cena, Na Tlali sorprende por su versatilidad. Aquí puedes arrancar el día con un café de olla con pan de maíz y cerrar con un mole de vegetales que no le pide nada a los clásicos con carne. El menú está repleto de creaciones originales como los molotes de plátano macho rellenos de huitlacoche, tacos de setas con pipián o el icónico tamal de piña con amaranto bañado en chocolate artesanal. Todo se prepara al momento, con ingredientes locales, orgánicos y libres de origen animal, demostrando que la cocina basada en plantas puede ser igual de deliciosa y compleja.
El restaurante es ideal para salir en plan de pareja, aunque también es perfecto para compartir con amigos que buscan una experiencia diferente, tranquila y sabrosa. El ambiente es armonioso, con iluminación cálida, música suave, mesas de madera y detalles artesanales que invitan a la calma. Además, dentro del mismo espacio hay un pequeño mercado con productos orgánicos y sustentables que complementan la visita con un toque aún más consciente.
El rango de precio por persona va de los $250 a $350 pesos mexicanos, lo cual es bastante accesible considerando el concepto, la calidad y el enfoque ético del lugar. El restaurante no admite mascotas, por lo que si tienes un compañero de cuatro patas, esta vez tendrás que dejarlo en casa. Na Tlali es el tipo de lugar que alimenta más que el cuerpo: nutre la mente, el alma y el compromiso con una forma de vida más consciente.






Sabor con historia
San Ángel tiene una esencia única que se respira en sus calles, se escucha en sus plazas y, por supuesto, se saborea en sus restaurantes. Esta colonia logra lo que pocas: combinar historia, tranquilidad y una propuesta gastronómica de primer nivel sin perder su identidad. Aquí, cada comida se convierte en una experiencia que va más allá del plato. Ya sea que busques una experiencia de autor con ingredientes tradicionales como en OXA, un brunch relajado con cocteles memorables como en La Jacinta, una tarde divertida con sabor mexicano en Santana o una propuesta vegetal y consciente como la de Na Tlali, esta zona del sur te invita a probar, quedarte y regresar. Cada lugar tiene su propia vibra, su propia historia y su forma de hacerte sentir como en casa (pero mejor alimentado).
Pero ojo, esto es solo una probadita. La CDMX está llena de barrios con encanto y propuestas gastronómicas que vale la pena explorar. En el blog de Reservándonos te llevamos a descubrir desde terrazas con vista en el centro, hasta joyitas escondidas en la Narvarte o spots pet-friendly en la Condesa. Si te gusta comer bien, descubrir lugares nuevos y armar planes diferentes, aquí siempre vas a encontrar algo que te abra el apetito. Así que síguenos leyendo, arma el plan y prepárate para saborear la ciudad, un restaurante a la vez. Porque aquí, el antojo nunca se acaba.